¿Te gustaría tener hortalizas tan grandes como tú? ¿Te gustaría compartir cama con un calabacín de tu tamaño? Aquí te enseñamos algunos de los truquitos que se hacen para conseguirlo.
1. En la primera fase de crecimiento, durante los primeros 20 días no aplicar ningún abono ya que de esta forma estimularemos el crecimiento del sistema radicular en busca de "alimentos" (esto incluye que no tengamos siempre todo húmedo, ya que pretendemos que en un principio el bulbo húmedo sea pequeño).
2. Una vez transcurrido los 20 días procederemos a aplicar nitrógeno en su forma nítrica (rápida absorción por parte de la planta, a diferencia del amoniacal....)
3. Cuando haya crecido y esté a punto de comenzar la producción de flores, un tiempo antes, se procederá a abonar con fósforo y potasio, para poder preparar a la planta con una gran cantidad de hidratos a formar el fruto.
4. Los abonados foliares son estupendos es como un subidón para la planta.
5. Las hortalizas que crecen a mayor tamaño son precisamente las que no se venden en semilleros ni "bolsas", buscar en las huertas de los abuelos que llevan años ya produciendo con su propia semilla (el motivo de esta característica es que a los vendedores les interesa que el producto tenga una forma media, y todos con el mismo tamaño, y esto aunque parezca mentira, que sean insípidos)
6. Podar la planta ante un exceso de "producto" para que engorden los frutos deseados.
7. Las especies como el tomate son solanáceas, y por lo tanto quieren sol a raudales.
8. La calidad del suelo solo hay que tener en cuenta algunos valores como el pH, teniéndolo ajustado todo lo demás es coser y cantar (esto no quiere decir que te pongas a plantar en un suelo que es un 90% arcilla).
Fuentes usadas:
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