La práctica de la agricultura es la interacción más importante entre las personas y el medio ambiente. Por eso, es muy importante saber cómo afecta esta práctica en nuestro entorno.
La innovación es una forma importante de preservar los recursos naturales, de esta manera debemos ofrecer productos cuya fabricación minimice el impacto ambiental.
Y aunque inicialmente haya que invertir, a medio, largo plazo los resultados son mejores en todos los aspectos.
Las medidas de eficiencia energética en los invernaderos implican distintos factores que podríamos resumir en mejora de la construcción y en el equipamiento:
- Aislamiento térmico: reducción de perdidas de calor, ahorrando en calefacción entre un 20-25%
- Reduciendo la filtración de aire: evitando así pérdidas de calor, ahorrando hasta un 40% en calefacción.
- Aumentar el marco de plantación: reduciendo el uso de energía por planta
Otro factor ha tener en cuenta es el uso eficiente de los recursos hídricos. En la agricultura intensiva podríamos recircular en agua, reduciendo así el consumos de agua y nutrientes y aportaremos las necesidades de la plante sin excesos. Para esto podríamos usar medidores para conocer las concentraciones de nutrientes y otros parámetros que nos indiquen el estado de nuestro cultivo.
Un factor también importante son los residuos que genera esta práctica y que podrían reducirse con:
- La lucha integrada
- Productos biodegradables
- Uso de bandejas reutilizables
- Evitar excesos de fertilizantes y fitosanitarios que no mejoran la producción pero sí contaminan.
El resumen sería, reducir costes de producción, minimizar las emisiones al medio ambiente y mejorar el rendimiento energético con los avances tecnológicos y una concienciación general de las personas que en este campo trabajamos.
Alicia Parrilla Romero
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