En nuestro
cultivo de fresas pocas semanas después
de ser trasplantadas comenzaron a aparecer síntomas de clorosis férrica. Dicho
problema se da por carencia de hierro, y se manifiesta por el comienzo de
amarilleo en las hojas jóvenes, antes que en las adultas. No es una clorosis
uniforme, junto a hojas con clorosis puede haber hojas sin ella.
Normalmente
las carencias aparecen a causa de un bloqueo de dicho elemento en el suelo.
Tras haber
realizado un análisis de suelo y otro foliar en nuestro invernadero, hemos obtenido
los siguientes resultados:
- El análisis de suelo nos muestra que es un suelo calizo, en dichos suelos suele haber Fe en abundancia pero en forma poco asequible para las plantas, al ser su solubilidad muy baja.
- Los resultados del análisis foliar nos indica un bajo contenido de Fe en la planta.
Para
corregir esta clorosis, la solución más eficaz actualmente es añadir hierro al
suelo usando quelatos. En los suelos calizos, el hierro está bastante
insoluble, no disuelto en agua, por lo que no es absorbible por las raíces. Los
quelatos se caracterizan por tener una estructura química que evita su
insolubilización en el suelo.
Nosotros el
tratamiento que le hemos aplicado es quelatado de EDDHA disuelto en agua
suministrada directamente al suelo. En diciembre se trató dos veces en el mismo
mes (cada quincena) para comprobar que el problema era por carencia de hierro,
la cual se confirmó, ya que se vio una gran mejora en las plantas. No se ha
vuelto a tratar hasta el mes de marzo, y a partir de este último tratamiento se
va a seguir aportando quelatos de hierro una vez al mes, quedando así
controlada la clorosis férrica en nuestro cultivo de fresas.
Autora:
Estefanía López Fernández
Me encanta tu blog, la horticultura siempre ha sido mi pasión y he descubierto muchas cosas gracias a tu blog.
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