En
los últimos años se han producido varios avances en la modificación genética
del tomate.
Los tomates son cultivados en 159
países. A lo largo de la historia
los productores han sufrido grandes
pérdidas en la producción debido
a la alta incidencia de algunas plagas
de insectos lepidópteros. M. M. Saker, un científico del Centro Nacional de
Investigación de Egipto, junto con
otros investigadores, desarrollaron en 2011 un tomate
con Bt Cry2Ab
por transformación mediada con Agrobacterium.
A través de análisis moleculares y bioquímicos, han
confirmado la expresión y la integración
del gen Bt en el genoma del tomate. El impacto de Cry2Ab fue
validado por la mortalidad
del gusano americano y la polilla de la patata al alimentarse de la
planta con Bt. Por lo tanto,
las líneas de tomate que expresan
Cry2Ab se puede utilizar para erradicar plagas de insectos lepidópteros.
Un estudio reciente dice que con una menor presencia de esteres de acetato, debidos a la enzima CXE1, los tomates
están más sabrosos. Científicos de la Universidad de
Florida del instituto de Ciencias de la Alimentación y la Agricultura,
dirigido por Harry Klee, descubrieron que la presencia de esteres de acetato y los compuestos volátiles que se asocian con la defensa de la planta interfieren
en el sabor de los tomates.
La investigación publicada en la revista Proceedings
of the National Academy of Sciences informa del descubrimiento
de la enzima CXE1 y otras cuatro enzimas similares en los genes
del tomate. Éstas juegan un papel
importante en el contenido de acetato en
los frutos. Por tanto, se pueden conseguir gracias a la
transgénesis tomates más sabrosos mediante la eliminación de los esteres de acetato a través de las enzimas asociadas CXE1.