Diversas plantas ornamentales (especialmente las pertenecientes a la familia Aráceas) poseen en sus tejidos cristales de oxalato de calcio en forma de manojos de micro-agujas contenidas en una cápsula gelatinosa (conjunto llamado "rafidio"). Estos cristales se encuentran normalmente en tallos y hojas, y en algunas plantas en los bulbos. Los rafidios pueden producir reacciones tóxicas graves. La dosis letal para los ratones es de alrededor de 15 mg/kg. Se cree que los rafidios son un mecanismo de defensa contra los depredadores de plantas. Al realizar la ingestión de dichos tejidos, los rafidios cortan y dañan los tejidos blandos de la garganta o el esófago al masticar las hojas de la planta. El proceso tiene dos etapas: pinchazo mecánico e inyección de enzimas proteasas perjudiciales.
Normalmente la ingestión de plantas que contienen rafidios, como ciertas plantas ornamentales de interior, puede causar edemas dolorosos, formación de vesículas y disfagia dolorosa acompañada de escozor y ardor en la boca y la garganta. La intensidad de los síntomas decrece en 2-4 horas, aunque en algunos casos puede llegar a persistir hasta un máximo de dos semanas. En caso de ingestión, es prioritario evaluar las vías aéreas. Si hay exposición de los ojos, es necesaria la irrigación extensa y la toma de analgésicos.
Algunas plantas que contienen rafidios son: Alocasia, Arisaema, Arum, Schefflera, Caladium, Caryota, Colocasia, Dieffenbachia, Epipremnum, Fucsia, Monstera, Philodendron, Spathiphyllum, y
Tradescantia.
Tradescantia.
La presencia de cristales de oxalato de calcio se muestra en forma de polvo blanquecino en la superficie del saco de esporas de algunos hongos, y ha sido verificada en la especie Gaestrum pectinatum usando microscopía electrónica.
Sería recomendable no plantar en lugares de fácil accesibilidad para niños y mascotas, las plantas que contengan en sus tejidos dichos cristales, para evitar su ingestión y con ello sus consecuencias.